Es muy común que al realizar un masaje o cualquier otra terapia en la que tengas un mínimo de contacto con el usuario, aunque no sea físico, sientas cansancio, dolor de cabeza, irritabilidad, etc. Esto sucede si no te has protegido bien, energéticamente, ya que actúas como “esponja” de la energía negativa del cliente; La otra persona se va muy agradecida puesto que se encuentra más relajada, libre de tensiones, armoniosa… Mientras que tú, como terapeuta, todo lo contrario. Para cualquier terapeuta, especialmente de técnicas manuales que desee aprender diferentes técnicas de protección, tanto a nivel energético como físico.

Objetivos

1. Introducir el concepto tridimensional del ser humano (cuerpo físico, mental y emocional)
2. Entender qué es la energía y la gran importancia que tiene, y aprender a trabajar con ella
3. Conocer los riesgos que el terapeuta puede correr si su salud no es óptima a todos los niveles
4.  Descubrir las diferentes técnicas que le van a ayudar a conseguir/potenciar, mantener y/o “proteger” su estado de bienestar y equilibrio, y cómo aplicarlas