Presentación

Tras la demanda de que los osteópatas sean aceptados como terapeutas de primera intención, genera la necesidad de conocer los límites de nuestra terapia, y para ello debemos: ‘Evitar jugar a los médicos o Dioses’. Efectivamente, nosotros no somos traumatólogos ni pediatras, ni ginecólogos, ni neurólogos, etc. y nuestra evaluación debe ser exclusivamente osteopática (a menos que se tenga, naturalmente, formación específica). El diagnóstico médico, corresponde al médico, pero eso no excluye que el osteópata debe disponer de un amplio conocimiento de las ciencias de la salud y un dominio del abordaje de la patología que presenta el usuario con técnicas osteopáticas. Nuestro pilar es nuestro razonamiento osteopático, y es en esta línea donde debemos trabajar, formándonos y reciclando constantemente, para ofrecer los tratamientos lo más seguros posibles y, por otro, saber derivar en caso de necesidad al profesional correspondiente, que también forma parte de nuestra formación. Desde esta perspectiva, te propongo profundizar osteopáticamente en una variedad de patologías más comunes que nos llegan a consulta para poder discernir signos y síntomas para poder llevar a cabo una evaluación lo más acertada posible.

Objetivos

• Realizar un abordaje seguro, aunque el usuario no presente síntomas muy claros de las patologías o disfunciones.
• Ampliar la visión de la anamnesis, para que no pierda ningún detalle, que en muchas ocasiones se nos escapan.
• Conocer las repercusiones que tendremos a nivel hormonal.